Hay una cosa a la que, en mi opinión, nunca se debe renunciar, y es a tu propia esencia, tu personalidad, tus gustos, tus hobbies. Cuando comencé a adentrarme en el mundo del yoga me fijé que la gente empezaba a modificar su vestimenta, su manera de hablar, de comer, o sus gustos musicales. La gran mayoría supongo que lo hacían para sentirse partícipes de ese grupo exclusivo y especial en el que, si no vestías de blanco, no te miraban mal, pero te animaban a que lo hicieras. Todos uniformados, todos cortados por el mismo patrón y todos hablando como si se limpiasen el “chichi” con papel de fumar (como diría mi querida maestra Hari Sinram).
Por el simple hecho de ser profesora de yoga, nunca renuncié a escuchar rock, punk o heavy metal. No me obcequé en practicar una única disciplina, aprendí otras ramas del bienestar, y tampoco renunciaré a mi forma de vestir. Según el día, cómo me sienta, etc. visto de un color u otro, con ropa más ancha o estrecha. ¿Por qué renunciar a tus gustos?
Recuerdo que una vez, en un evento de yoga en el Retiro de Madrid, un maestro nos preguntó cuál era nuestro color favorito, porque luego íbamos a usar esa respuesta para un juego. La gran mayoría dijeron que su color preferido era el blanco. ¿Adivináis de qué color vestían? Mientras que yo y un par de personas más dijimos un color diferente. Lo extrapolé a otra situación: ¿Si todas esas personas estuvieran en una reunión de góticos dirían que su color favorito es el negro? Probablemente sí.
Cuando una persona parece no “adaptarse” a un grupo espiritual, lo primero que escuchas es: Es tu ego el que actúa por ti. Y a partir de ahí, la mayor obsesión parece ser la erradicación del ego. ¿Sabías que en kundalini yoga existe un ejercicio que lo llaman así, el erradicador del ego? Cuando yo comencé a practicar lo llamaban postura del aura y de repente empecé a ver este nuevo concepto.
Creo que no hay que confundir el ego con tener una opinión propia o un mundo interior rico. En cuanto una persona parece no estar de acuerdo con la mayoría se le señala diciendo que está equivocada y que ese no es el camino. ¿Cómo pueden saber cual es el camino de esa persona si no son ellos? Cada uno tenemos nuestra propia senda y forjamos nuestro propio destino. En mi opinión me parece más egoísta tratar de convencer a una persona para que vaya por el camino que tu le dictas, que respetarla y aceptarla tal y como es. Confundimos el ego con la personalidad y el no ego con la obediencia; cuando un gran ego lo que demuestra es narcisismo y falta de empatía, y, por el contrario, una persona con poco ego es más humilde y respetuosa con los demás. Pero ya sabéis que en el mundo espiritual se confunden muchos conceptos y se crean disonancias. El...
]]>Durante toda mi carrera he compartido vivencias con diferentes tipos de profesionales: profesores de yoga, de pilates, de baile, fisioterapeutas, profesores de musculación, de zumba, etc, etc.
Como en todas partes vas a encontrar jefes y compañeros maravillosos y otros realmente tóxicos, e incluso menos profesionales de lo que aparentan.
En mi caso, cuando mejor he evolucionado en mi trabajo, es cuando tanto mi jefe, como yo misma (pues ahora soy mi propia jefa) he confiado en mi profesionalidad, criterio e intuición. Nunca he sido una profesional competitiva con mis compañeros, todo lo contrario; solo miro por mis alumnos, ellos son mis clientes, mis pacientes, y las personas a las que tengo que supervisar, contentar y atender como se merecen.
Recuerdo haberme cruzado con jefes que me han llegado a “obligar” a utilizar palabras específicas en mi clase de pilates: “No digas piernas en table top, di piernas en escuadra” o “No dirijas la respiración que se lían”. Incluso faltas de respeto como: “Tú sabrás mucho de yoga pero yo en pilates gano” y yo pensando “¡Oh dios mío, estoy en una competición y nadie me lo dijo!”.
Cruzarme con otro individuo que regentaba otro centro de pilates, profesor de educación física, que obligaba a todos los clientes a pasar por una especie de cursillo previo en el que se enseñaban las bases del pilates, y luego al ir a dar una clase particular a una de sus alumnas descubrir que en esas clases previas no se le enseñó lo que es una pelvis neutra.
También he llegado a conocer profesoras que al llegar una alumna a su clase y decirle que le duele mucho el cuello, o que se han hecho daño fuera de clase, las mandan a casa a descansar. No estoy diciendo que esto esté mal, pero si tienes los conocimientos suficientes sabrás modificar los ejercicios o indicarle otros para que pueda mejorar su dolencia o trabajar otra zona; ¡como si le tengo que sentar en una silla a respirar! Pero que esa persona no sienta, bajo ningún concepto, que me va a suponer una carga durante la clase porque tengo más alumnas y a ella la tengo que vigilar más. ¡Es nuestro trabajo! ¡Ayudar! Hay profesoras tan estresadas que incluso las he visto criticar la “dejadez” de sus alumnos, alegando que ellas están muy cansadas y que los alumnos vienen y están despistados y tiene que estar el doble de pendiente de ellos. Vuelvo a decir lo mismo ¡es tu trabajo! Todos tenemos derecho a estar cansados y estresarnos, pero tus alumnos no tienen la culpa, porque de hecho van a tus clases a motivarse o a relajarse.
He llegado a ver a profesoras riéndose de alguna alumna a sus espaldas, sabiendo que esa persona tiene probablemente un problema de autoestima muy grande, y sentir auténtica vergüenza ajena.
También he visto personas muy capaces en el mundo de la fisioterapia, pero las ponen a dar clase de pilates máquina con una vaga noción, y terminar lesionando...
]]>De un tiempo a esta parte me he fijado que en función de la red social que visitemos nos venden una idea distinta de lo que es el yoga. En Instagram tienden más hacia el yoga acrobático, el contorsionismo y las posturas propias de un artista del Circ du Solei, mientras en Facebook he llegado a ver auténticas disputas en grupos de yoga sobre lo que es y lo que no es.
Lo unos dicen: El yoga es para estirar, ganar elasticidad, fuerza, para tener un cuerpo hermoso…y estos mismos, lo que piensan en su foro interno es: "Qué bello voy a salir en esta foto haciendo esta postura imposible que sólo gente especial como yo la puede hacer".
Los otros dicen: El yoga es meditación, es ir hacia dentro, es unión, es llevar ropa cómoda, es no presumir, es dejar el ego a un lado.
Cada grupo tiene su parte de razón, pero lo que yo he experimentado primero como alumna y después como maestra, es que esto no consiste en forzar ni a la mente ni al cuerpo.
Una vez acudió a mi centro una mujer que decía que ella quería apuntarse a yoga para hacer las mismas posturas que veía en Instagram. Inmediatamente pensé: "Has venido al lugar equivocado". En mis clases los ejercicios son los que se adaptan a las personas y no las personas las que se adaptan a los ejercicios. Con esto quiero decir que son enfocadas tanto para personas con movilidad reducida, como con lesiones, posoperatorios, cáncer, embarazadas, posparto; pero también para personas hiperlaxas, fuertes, equilibradas; para personas deprimidas, pero también alegres. Los ejercicios van siendo modificados en función de la fisionomía de cada persona para que se sienta a gusto ejecutando la asana o meditación.
Nunca he sido partidaria de forzar a nadie, y por otro lado siempre he animado a los alumnos que sé que pueden llegar a más. En eso consiste el yoga personalizado y terapéutico. Mi objetivo no es que las personas salgan de clase diciendo: "Y ahora me voy a hacer un álbum de fotos para subirlo a todas las redes" No. Las personas que acuden a mis clases salen diciendo: "Ay, me voy flotando". "Y ahora a casa a dormir", "No quiero volver a casa, ¿me puedo quedar aquí?", "Era lo que necesitaba", "¡Cómo echaba de menos esto!"; e incluso: "Ya no tengo ganas de matar a mi jefe" (Esta es la que más me gusta).
Cuando veo a profesoras y profesores enseñando por ejemplo la postura del cuervo a personas ya entradas en la tercera edad, me echo las manos a la cabeza cuando ni siquiera se molestan en pensar en cómo estarán los huesos de esas personas, si sus muñecas tienen artritis o artrosis y serán capaces de aguantar; si su musculatura abdominal será lo suficientemente fuerte para controlar el equilibrio, ect, etc. No es una apostura precisamente para principiantes, pero creedme cuando os digo que esto lo he visto: la maestra rodeada de...
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